Mediante una caja transparente que se desdibuja con el entorno, la planta baja, celebra la reunión y la sociabilidad. En contraposición a lo diáfano, el segundo nivel se recorre en penumbras, un recorrido entre el acceso y el belvedere.

El contenedor es el que permite la mutación programática en una trama de espacios neutros donde no existe una jerarquía. Continuando el acenso se llega al belvedere. Es aquí donde se busca el goce y la meditación. Un espacio verdadero, un espacio infinito.

Como construcción colectiva

La construcción colectiva es un gesto abierto, en el cual se presta poca importancia a la imagen final controlada. Un proceso muy dilatado y abierto en donde el control no suele ser muy estricto.

Se celebra la interioridad en la casa, la intimidad toma el control.

Este proyecto no se puede entender como acabado, la irresolución estricta de las partes es una de las apuestas. Un capítulo de un texto que se encuentra en un continuo proceso de edición, mediante el cual se ramifica y se multiplica. "Libros que narran historias dentro de historias, así indefinidamente".

Como construcción flexible

La flexibilidad está en la posibilidad de que el "usuario anónimo" se apropie indefinidamente de los espacios. 

Espacios de dimensiones semejantes, que cada usuario será capaz de apropiar de manera singular. Se trata de que la vida cotidiana se vea reflejada en el espacio habitado, colonizándolo con sus usos, mobiliarios y aparatos.

 

Autores: MASA Arquitectos
Equipo: Martín Pronczuk, Santiago Saettone, Victoria Straneo
Lugar: Canelones, Uruguay

Programa: Vivienda
Año: 2015

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