El desafío de la doble escala

A menudo las edificaciones de vivienda social en su intento por lograr mayor  inclusión a través de una mayor densidad, empujan al límite los bordes normativos, generando en muchos casos, verdaderas murallas  que olvidan la dimensión del individuo. Por lo tanto, entendemos que es apropiada una estrategia que contemple el diálogo de la arquitectura con su entorno y que sea inclusiva y no genere barreras. El “habitar la altura’’ se transforma, en una forma  eficiente de densificar, reduciendo la ocupación del suelo liberándolo así, para otros usos. En él se da el intercambio, la relación entre vecinos y el vínculo con el barrio. Las Unidades Colectivas de Samambaia serán un impulso en la urbanidad de la región, de esta manera se ponderan las escalas de los nuevos edificios propuestos con el entorno existente, el paisaje y la morfología urbana propia de esta zona de la ciudad.

Se optó por el trabajo en una doble escala; por un lado la escala de la Avenida,  las torres ubicadas al Noreste y por otro la del barrio, de altimtría más baja, presente en las manzanas QR503 y QS505.

​

Mediante la inclusión de un basamento bajo se intenta absorber el impacto de la torre en el barrio. Un buffer, una transición deseable entre las dos escalas planteadas, que establece una interfaz hacia el barrio disminuyendo la incidencia visual que el bloque  habitacional tendrá sobre los conjuntos ubicados al sur.

​

​

 

.